En las centrales eléctricas, más de la mitad del calor suministrado en el combustible se trata como calor residual.
En las plantas de cogeneración, el calor generado en la cogeneración va a la red de calefacción y a las subestaciones de calor ubicadas en edificios residenciales. A través de ellas, el calor va a las instalaciones internas que se utilizan para calentar viviendas y agua caliente sanitaria.
La producción combinada (cogeneración) se traduce en un mejor uso del combustible y una menor contaminación ambiental. La tecnología CHP puede utilizar diferentes combustibles, tanto fósiles como renovables. Se utiliza principalmente en aplicaciones industriales, comerciales e institucionales de gran tamaño desde hace muchos años.